Vértigo a los andenes

Posted on 8 Abril 2009

Vértigo a los andenes

Como el rocío temprano de un cantamañanas,
como esos ojos vidriosos que despiden trenes,
como alergia a pañuelos, vértigo a los andenes,
como el sello usado y relamido de una carta

atrapada, perdida, rastreando tus traviesas,
como cajas mugrientas con objetos culpables,
como viejos recuerdos guardados en desvanes,
como esas fotos que se quedan amarillentas.

Las estaciones destrozaron el calendario,
todas las horas, una a una, se fueron marchando,
quedó desprotegido el pórtico del Olimpo.

Cupido huyó, Afrodita cobraba un salario,
las musas cruzaron la frontera hacia otro lado
y el destino, en un descuido, dejó entrar al olvido.

Alberto Bravo
Martes 10 de septiembre de 2002
Publicado en Raiola nº 8


 

Categories: Textos


2 Responses

  1. Pilar Ana:

    Me ha gustado el soneto, Alberto. Los juegos con los símiles y las comparaciones siempre son relevantes para entender lo que el autor intenta revelar con sus palabras. Y tienes razón, el tiempo pasa inexorablemente y en el camino se va perdiendo todo aquello que no supimos apreciar. Saludos cordiales.

    11.06.2009 19:17

  2. Alberto Bravo:

    Gracias, me alegra que te haya gustado. ¡Qué grandes despedidas en la estación del tren nos ha regalado el cine! Creo que los andenes del ferrocarril son el símbolo perfecto para la huída, las despedidas y, sobre todo, para lo que dejamos escapar.

    Saludos.

    15.09.2009 08:14

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